¿Dónde estabas tú cuando cimenté la tierra?

(buscando en las fotos de mi antigua compacta me pillé con esta fotografía que denuncia una práctica que lógicamente no es propia de esta época, la quema de rastrojos.) Con el fin del verano y el aumento de la humedad ambiental miles de agricultores acuden a CONAF a solicitar permiso para quemar la paja que quedó en los campos luego de la cosecha de trigo. Para conseguir el permiso basta con un cortafuegos en el perímetro del campo y un número mínimo de personas para lograr manejar el fuego. Todo este trámite sumado a la quema en sí es para muchos una faena más de la labor agrícola. Nadie se preocupa o se acuerda de resguardar a los mudos testigos de los últimos ochenta o noventa años de esas tierras. Nadie. Robles y raulis son los que más se repiten. Muchos de ellos con enormes cicatrices de torturas anteriores que incluso alteran su morfología propia. Quizá en cosas como esta el ser humano demuestra el poco corazón que tiene ya que basta con algo tan simple como marcar un cortafuegos alrededor del arbol para que este no siga sufriendo o bien no muera como muchos que no han resistido a este flagelo. "¿Dónde estabas tú cuando cimenté la tierra? Cuando cantaban las estrellas del Alba y los hijos de dios se regocijaban." El árbol de la vida.